La décima imposible. Por Susan Crowley | Video columna
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Estos son algunos comentarios:
Jorge VilchisGracias por tu video columna, Susan. Como de costumbre, tu video-columna despierta mi curiosidad y quisiera aprender más de Mahler y su obra. Disfruta del festival de Mahler en Leipzig.
Mefiz-Tofel World Music TelevisionEducación para Witexicans
Para Susan, a pesar de ser catedrática, este mundo es unipolar, como Europa siendo cabeza, cuerpo, ojos y ombligo del mundo, no existe otras culturas.
Rendir pleitecía continuamente al arte europeo es el pensamiento más neo-colonial que puede existir en el mundo. Y es precisamente eso a lo que Susan reverencia, el progreso civilizatorio del arte, lo que pasa es que si el arte no tiene función progresista simplemente está muerto.
¿Cuando será que Susan hablé de los indios que la escuchamos? Bueno ciertamente nuestro arte no es más que historia, arqueológico y curioso dato antropológico.
Gracias Susan, con tus columnas anacrónicas y colonialistas abres las puertas a Maluma, Bad Bony y Peso Pluma y es que díganme, que Mexicano promedio le interesa lo que hacen por ejemplo los “Austriacos”, hijos de padres racistas que participaron en el holocausto, o los demás artistas europeos, ninguno interesado en los atropellos de sus imperios sobre América y África.
Ellos no son nuestra historia, quizá son la historia de la humanidad, como lo fue Napoleón, Hitler, Mussolini, Franco, Bandera, Stanli, etcétera, etcétera.
En América solo tuvimos al Che, a Bolivar, Madero, Tupac, Malcom X, o en África a Mandela o en India a Gandhi, o en Turquía a Rumi, o en Asia a Lao-Tse… Pero no, ellos sus pueblos y su arte forman parte del marginal Olvidado de Susan porque como lo dije al principio, está columna es Witexicans.
En España el racismo aflora por doquier, en Alemania la rusofobia de está de moda, en Francia el gran remplazo es una amenaza, en casi toda europa ser árabe o ser negro es más que un estereotipo… Mientras tanto aquí en México le hacemos basílicas a los artistas europeos del pasado mientras descuidamos las capillas de nuestra gente construidas sobre la sangre de nuestra historia.
El colonialismo no se trata de que lengua hablamos o que costumbres conservamos, se trata de a que personajes, artistas y luchadores visibilizamos para formar nuestra identidad.
Con todo cariño Susan desprecio tus columnas
Rosalia Hinojosa RomeroQué interesantes comentarios sobre Mahler y su obra. Mil gracias por compartir.
Erick RodríguezBellísimos pasajes ‘mahlerianos’, Susan. Para mí, Mahler trascendió no solo en lo musical sino en el pensamiento crítico, y por qué no, en cómo abordar la Historia y la cotidianidad humana. Desde luego que no soy un ‘apasionado’ de Mahler, ya que apenas le he escuchado, en años recientes, unos cuantos temas; no obstante, esa poca influencia sonora, me hizo desbordar los sentidos. Enlistando mis sinfonías predilectas la segunda, la cuarta, la quinta y la octava, me conmueven, me azoran de ritmos y matices, y sobre todo como bien dices, encuentro las manías y obsesiones del autor. Éstos paisajes repletos de notas realzan el momento, me dan motivos: sé de qué pintar para entonces. Y después, la reverberación de saber qué pasó con aquellos instantes convertidos en melodías irrefrenables y combatientes en mi presente. Sin duda, Mahler consiguió la trascendencia a pesar de ser el último compositor previo a las llamadas ‘vanguardias’; y claro, está lejísimos, como un monte manando agua clarísima, de lo que hoy podemos considerar como música.
Como postdata, yo también me limito solamente a escuchar el adagio de la décima; lo demás, podría decirse que solo vemos la niebla del autor, más las voces detrás de ésta ya nos son ajenas. Saludos.
Eva GomezQué curioso! Ahora tengo ganas de entrar a la obra de Mahler, ese pobre sol grandioso!
Lo conocía sin conocerlo, lo cual es prejuicio.
Gracias por tus hermosas palabras!